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Historia del Mercado Norte y su cierre definitivo

El Mercado Norte de Burgos fue inaugurado en 1974 como una de las principales infraestructuras comerciales de la ciudad, reemplazando al antiguo Mercado de Santo Tomás, ubicado en la Plaza Mayor. Durante sus primeros años, se consolidó como un punto de encuentro donde los burgaleses podían acceder a productos frescos y de calidad, tanto locales como nacionales. Sin embargo, el paso del tiempo y el crecimiento de nuevas formas de comercio, junto con la falta de mantenimiento adecuado, provocaron su progresivo deterioro. A lo largo de su historia, sufrió varias remodelaciones, siendo la más importante la realizada en 1999. A pesar de ello, los problemas estructurales del edificio, como filtraciones, goteras y una infraestructura obsoleta, lo fueron dejando cada vez más lejos de los estándares actuales de los mercados urbanos modernos.

El Mercado Norte cerró definitivamente sus puertas el 11 de octubre de 2024, tras 57 años de actividad, poniendo fin a una era marcada tanto por la vitalidad comercial de antaño como por la necesidad de transformación urbana. Este cierre, que fue discutido durante varios años por las autoridades locales y los comerciantes, se produjo ante la imposibilidad de seguir manteniendo un edificio que ya no cumplía con los requisitos de seguridad ni con las necesidades del comercio moderno.

Problemática y traslado a la Plaza España

El cierre definitivo del Mercado Norte implicó el traslado de los comerciantes a un mercado provisional en la Plaza España, un paso necesario mientras se discute el futuro del espacio y el diseño del nuevo mercado. Este traslado se llevó a cabo el 17 de octubre de 2024, apenas unos días después del cierre del edificio original. Sin embargo, el proceso no ha sido exento de complicaciones. Aunque el Ayuntamiento había previsto que todos los puestos estuvieran listos para la apertura en la nueva ubicación, varios de ellos no lograron concluir sus adaptaciones a tiempo, lo que generó tensiones entre los comerciantes y las autoridades.

Uno de los principales problemas señalados por los vendedores es la rampa de carga y descarga del nuevo mercado provisional, que no cuenta con la inclinación adecuada para facilitar estas labores, lo que podría afectar la logística diaria de los comercios. Además, se plantearon dudas sobre la capacidad de la zona de carga y descarga para albergar a todos los vehículos, especialmente en las primeras horas de la mañana. La falta de soluciones definitivas en cuanto al manejo de residuos y la instalación de aire acondicionado también son cuestiones que han quedado pendientes. Sin embargo, el Ayuntamiento se ha comprometido a realizar una campaña de promoción del nuevo mercado, así como a colocar carteles informativos en el antiguo edificio para guiar a los usuarios hacia el nuevo emplazamiento.

Futuro del Mercado Norte y su demolición

El Ayuntamiento de Burgos, a través de la Concejalía de Urbanismo, tiene previsto demoler el antiguo edificio del Mercado Norte para finales de 2024, con el objetivo de evitar actos vandálicos y el deterioro de una infraestructura vacía. Esta decisión, aunque respaldada por la asignación de una partida presupuestaria de 740.242 euros, ha generado debate, ya que aún no existe un proyecto concreto para la construcción del nuevo mercado. A pesar de esto, el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Juan Manuel Manso, ha subrayado la importancia de avanzar con la demolición lo antes posible para no correr el riesgo de que el edificio en desuso se convierta en un foco de vandalismo o actividades ilícitas.

El plan de demolición contempla el derribo del inmueble antes de que termine el año, aunque algunos opositores, como el concejal socialista Daniel Garabito, se han mostrado escépticos sobre el cumplimiento de estos plazos, argumentando que los trabajos probablemente no comenzarán hasta bien entrado 2025. A pesar de las promesas incumplidas en relación con el inicio de las obras, Garabito ha recordado que la gestión del proyecto ha estado marcada por retrasos continuos, tanto en la licitación del nuevo mercado como en la ejecución de otros proyectos relacionados.

A nivel político, el futuro del Mercado Norte está en manos del actual equipo de Gobierno formado por el Partido Popular (PP) y Vox, quienes han ratificado su apuesta por un modelo de gestión público-privada para la futura infraestructura. Mientras tanto, los comerciantes y los vecinos de la zona deberán esperar para ver si el nuevo mercado cumple con las expectativas en cuanto a diseño y funcionalidad, en un espacio que, históricamente, ha sido un pilar del comercio local en Burgos.

Reflexión sobre la transformación del Mercado Norte

El cierre del Mercado Norte de Burgos representa un punto de inflexión en la evolución de los mercados urbanos tradicionales. Mientras que en su origen fue un símbolo de modernidad y progreso, su progresivo deterioro refleja los desafíos que enfrentan estas infraestructuras ante el cambio de hábitos de consumo y las demandas de los usuarios por espacios más eficientes, accesibles y sostenibles. Aunque el traslado provisional a la Plaza España garantiza la continuidad del comercio, el futuro del mercado dependerá de la capacidad de las autoridades locales para llevar a cabo un proyecto de renovación que revitalice este espacio emblemático sin perder de vista su relevancia histórica para la ciudad.

Este proceso de transformación no solo impacta a los comerciantes y usuarios, sino también a la identidad de Burgos, una ciudad que ha visto en el Mercado Norte un punto de encuentro y referencia durante más de cinco décadas. Las expectativas sobre el nuevo mercado son altas, y será crucial que el proyecto final logre equilibrar la modernización de las instalaciones con el respeto a la tradición comercial que ha caracterizado a este espacio.